¡Te damos la Bienvenida a esta guía diseñada para ayudarte a lograr una conexión más fuerte y una comunicación efectiva con tu fiel compañero canino! Enseñar a tu perro a acudir cuando lo llamas es una de las habilidades más importantes que puedes enseñarle, no solo para garantizar su seguridad, sino también para fortalecer el vínculo afectivo entre ambos.
Asegúrate de tener a mano algunas golosinas o premios que le gusten mucho a tu perro. Estos serán utilizados como recompensas durante el entrenamiento.
Para comenzar el entrenamiento, elige un lugar tranquilo y libre de distracciones para que tu perro pueda concentrarse en ti.
Elige una palabra corta y clara que utilizarás exclusivamente para llamar a tu perro, como "¡ven!" o "¡aquí!". Es importante usar siempre la misma palabra para evitar confusión.
Una vez en el lugar tranquilo, llama a tu perro utilizando la palabra clave en un tono amable y emocionante. Por ejemplo, "¡ven, Max!".
Cuando tu perro venga hacia ti después de que lo hayas llamado, ofrécele una golosina o premio y elogia su buen comportamiento con palabras cariñosas y muestras de afecto. Refuerza positivamente su respuesta.
Repite el proceso varias veces, llamando a tu perro y recompensándolo cada vez que venga hacia ti. La repetición y la consistencia son clave para el aprendizaje.
Una vez que tu perro responda consistentemente cuando lo llamas en el lugar tranquilo, comienza a agregar distancia entre tú y él. Llama a tu perro desde diferentes distancias para que aprenda a venir hacia ti sin importar lo lejos que esté.
Cuando tu perro esté respondiendo bien en diferentes distancias, agrega gradualmente distracciones controladas. Por ejemplo, puedes entrenar en un lugar con otros perros o personas cercanas, pero mantén la correa puesta para mayor seguridad.
Es importante recordar que nunca debes castigar a tu perro si no viene cuando lo llamas. El castigo solo puede generar miedo y ansiedad, lo que dificultará el entrenamiento.
El entrenamiento puede llevar tiempo, dependiendo del perro. Sé paciente y continúa siendo consistente en tus comandos y recompensas. Con el tiempo, tu perro asociará la palabra clave con algo positivo y acudirá felizmente cuando lo llames.
Durante el entrenamiento, asegúrate de mantener una actitud positiva y paciente. La paciencia y el cariño son clave para lograr que tu perro asocie el llamado con algo agradable y responda con entusiasmo.
¡Recuerda que el amor y la consistencia son la base de un aprendizaje exitoso!
A lo largo de los años, mi perro y yo habíamos compartido innumerables momentos de felicidad y complicidad. Sin embargo, había una situación que se había vuelto cada vez más frustrante: cuando lo llamaba, él simplemente parecía ignorarme por completo.
Cuando adopté a Max, un encantador Golden Retriever, esperaba que nuestro lazo se fortaleciera aún más con el tiempo. Sin embargo, pronto noté que, cuando lo llamaba, a menudo se quedaba en su mundo, disfrutando de su libertad olfateando y explorando sin mirar atrás.
Esa sensación de impotencia me invadía cada vez que gritaba su nombre, mientras él seguía a lo suyo, como si mi voz no tuviera significado alguno. Me preguntaba qué podía estar haciendo mal o si acaso había perdido su confianza.
Jennifer Yañez.